La versión más potente del Serie 2 de BMW ya ha visto la luz. El M2 Coupé es un deportivo con motor gasolina de 370 caballos y tracción trasera. Sale de serie con un cambio manual de seis velocidades (opcionalmente puede adquirirse con cambio automático de siete relaciones), y su precio de partida es 62.900 euros (4.799 más con cambio automático DKG). Compite con otros modelos que hay en el mercado como el Audi TTS o el TTRS, aunque tiene alternativas superiores en precio (Porsche 718 Cayman) y también inferiores (Ford Focus RS).
El M2 Coupé es el menos potente de todos los M de BMW y, sin embargo, proporciona al conductor mejores sensaciones deportivas que el resto. Sus dos ruedas motrices dan buena capacidad de tracción, la respuesta del motor es fabulosa y la dirección está muy bien puesta a punto. Es, además, muy exigente con su conductor; para sacarle partido a su conducción sin ayudas electrónicas hay que tener buenas dotes. Es sensible al estilo del conductor, reacciona bien si se maneja de forma precisa y suave, algo menos si se hace con brusquedad. En el equilibrio entre rapidez y suavidad de gestos está la dificultad. Aun así, como deportivo, no alcanza el nivel del Porsche 718 Boxster, y es más difícil de conducir (especialmente con firme deslizante o poco uniforme) que el Focus RS, el Mercedes-AMG 45 4Matic o el Audi TTS.
La conducción, por tanto, está condicionada al estado y adherencia del asfalto. Con un buen mantenimiento del vehículo y su capacidad de adherencia, se puede aprovechar toda (o gran parte de) la capacidad del motor. La velocidad máxima está limitada a 250 km/h, aunque puede ser aumentada 20km/h extra con el paquete opcional M Driver, que además incluye un curso de conducción deportiva en circuito.
El motor de este BMW es redondo: sube de régimen hasta más de 7.000 rpm con rapidez, los movimientos con el acelerador tienen respuesta inmediata y es fuerte. Por dentro, es idéntico en cuanto a espacio a otras versiones coupé de la Serie 2. Algunos de sus elementos específicos son meramente decorativos pero otros, como el volante o los asientos, cumplen una función práctica.
Aparte de las dificultades (y emoción) de la conducción deportiva, el M2 Coupé resulta un vehículo fantástico para la conducción diaria. Es dócil y fácil de llevar tanto por ciudad como por carretera; rueda suavemente, y la suspensión no afecta demasiado a los ocupantes de las plazas delanteras. El motor entrega bien su potencia, y el tacto del cambio de marchas manual e incluso los asientos da la impresión de circular en un muy buen vehículo. Aun así, los mejores datos (en cuanto a aceleración y consumo de combustible) se consiguen con el cambio de marchas automático (imagen).
Las ayudas electrónicas a la conducción son básicas para aumentar la seguridad, especialmente el control de estabilidad y de tracción. Si el coche circula sin brusquedades, con aceleraciones bien dosificadas y trazando las curvas de forma precisa con trayectorias amplias, estas ayudas intervienen poco y de manera sutil. Además, pueden eliminarse en determinados modos de conducción, como el Sport+, aunque en ciertas circunstancias puede provocar que las ruedas patinen o se produzcan sobrevirajes: la conducción se vuelve mucho más sensible y solventar las situaciones que aparezcan queda en manos de la destreza del conductor.
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